Boletín nº 57: ¡¡ MEMORIA AGRADECIDA !!

El 27 de abril de 2014 es una fecha especialmente significativa para la Familia “Amor de Dios” y para todos sus amigos. Celebramos este año el 150 aniversario de la fundación de la Congregación de las Hermanas del Amor de Dios.

Son 150 años de historia, de vida, de entrega… 150 años de fidelidad de tantas Hermanas del Amor de Dios que, fieles a la llamada del Señor, le entregaron totalmente y para siempre su vida como respuesta de amor a un Amor Mayor que las había alcanzado y por el que se sintieron contagiadas y urgidas. Ellas han sido un canal de amor y servicio para tantos niños, jóvenes y adultos. Han sido testigos del amor de Dios y mensajeras del evangelio del amor a lo largo del tiempo y del espacio. Han sido receptoras y transmisoras de la antorcha del Carisma congregacional que el Espíritu Santo regalara a su Iglesia por medio del Venerable Jerónimo Usera. De ellas hacemos memoria en este mes y al recordarlas damos gracias a Dios por el testimonio de sus vidas.

Son 150 años en los la Congregación ha experimentado el AMOR y la FIDELIDAD DE DIOS. El ha estado grande con nosotras: El ha acompañado, guiado y bendecido el caminar congregacional. Por eso la palabra que brota de nuestros labios es: GRACIAS. La actitud que llena nuestro corazón es agradecimiento al Señor porque ¡Grande es el amor de Dios!

Esta fecha nos invita también a hacer balance. Tenemos en herencia un precioso don: el Carisma “Amor de Dios”. No nos pertenece. Es un regalo de Dios para la Humanidad. Estamos llamados a vivirlo, a irradiarlo, a transmitir su belleza, a compartirlo… 

Celebremos con gozo y alegría este aniversario. Celebremos la bondad, la verdad, la belleza del amor de Dios. Celebremos la vida porque el amor de Dios hace sabios y santos y nos urge a vivir en el amor, a anunciar a todos que ¡Grande es el amor de Dios!

ORACIÓN DESDE LA PALABRA DE DIOS


- Texto Bíblico: 2 Tim 2,8-13       


“8 Acuérdate de Jesucristo resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David, según mi evangelio, por el que padezco hasta llevar cadenas, como un malhechor: ¡pero la palabra de Dios no está encadenada! 10 Por eso, lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación y la gloria eterna en Cristo Jesús.
11 Es palabra digna de crédito: Pues si morimos con él, también viviremos con él; 12  si perseveramos, también reinaremos con él; si lo negamos, también él nos negará; 13  Si no somos infieles, él permanece fiel, pues no puede negarse a sí mismo.”

Pasos para la lectio divina
1. Lectura y comprensión del texto: Nos lleva a preguntarnos sobre el conocimiento auténtico de su contenido ¿Qué dice el texto bíblico en sí? ¿Qué dice la Palabra?
2. Meditación: Sentido del texto hoy para mí ¿Qué me dice, qué nos dice hoy el Señor a través de este texto bíblico? Dejo que el texto ilumine mi vida, la vida de la comunidad o de mi familia, la vida de la Iglesia en este momento.
3. Oración: Orar el texto supone otra pregunta: ¿Qué le digo yo al Señor como respuesta a su Palabra? El corazón se abre a la alabanza de Dios, a la gratitud, implora y pide su ayuda, se abre a la conversión y al perdón, etc.
4. Contemplación, compromiso: El corazón se centra en Dios. Con su misma mirada contemplo y juzgo mi propia vida y la realidad y me pregunto: ¿Quién eres, Señor? ¿Qué quieres que haga?


- Comentario

El autor exhorta a los creyentes a perseverar en la fe y a dedicarse totalmente al servicio del Evangelio. El cristiano está llamado a identificarse con Cristo en la entrega de la vida y en el servicio a los hermanos; esa entrega no termina en fracaso y en el sin sentido, sino en la resurrección y en la vida nueva. El autor recuerda lo central en la experiencia cristiana: la identificación del creyente con Cristo que se traduce en entregar la propia vida en favor de los hermanos.

Acuérdate de Jesucristo resucitado
 “Hacer memoria” de Jesús no es solamente un recuerdo del pasado, sino la vivencia traída hasta este hoy que queda modificado y trasformado por aquello que se recuerda. Es un memorial de vida. Esa vivencia consta de dos elementos: la evidencia de que Jesús es linaje de David, su componente histórico. Y su resurrección de entre los muertos, su lado glorioso y triunfante. La fe, como memoria de Jesucristo, no es sólo la aceptación de su mensaje, sino la aceptación del mismo Cristo. Por la fe habita Cristo en el corazón de los creyentes y se constituye en principio de la nueva vida.
Esta memoria está vigente porque « ¡La palabra de Dios no está encadenada!». «Así como no es posible atar un rayo de luz ni encerrarlo en el hogar, del mismo modo tampoco se puede hacer eso con la predicación de la palabra del Evangelio. Y lo que es mucho más: el maestro estaba en cadenas y la palabra andaba volando libre; aquél habitaba en la cárcel mientras que su doctrina, como con alas, discurría por todas las partes». (S. Juan Crisóstomo) Hacemos memoria de Jesucristo que nos redime, del Evangelio que nos transmite su mensaje, del mandamiento del amor como programa de vida y de la Iglesia que nos ofrece su gracia.

Si morimos con él…
El poema está compuesto por cuatro frases simétricas y un final asimétrico. Ahí está justamente la novedad. Es cierto que si se muere con Jesús, se vive con él, porque la muerte con el Viviente contiene un germen de vida. Pero la negación última que


da contradicha por la simetría rota del final: si somos infieles, él permanece fiel. Es decir, nuestra fidelidad no es requisito para la suya, sino consecuencia de la opción por Él. Aunque seamos incoherentes y pecadores, él sigue siendo fiel a nosotros e instándonos a la novedad de vida. Y da una contundente razón: No puede negarse a sí mismo. Él es la fidelidad adensada y la cercanía que no se quiebra. La certeza de la fidelidad de Jesús reaviva nuestra fe. Se trata de ahondar en la fidelidad de Jesús, fidelidad gozosa y esperanzada, que fundamenta y anima la continua vuelta a su seguimiento.


 
ORACIÓN POR LAS VOCACIONES  “AMOR DE DIOS”
Padre bueno, Jesús nos dijo: “La mies es mucha y los obreros pocos, rogad al Dueño de la mies para que envíe obreros a sus campos”. Y además afirmó: “Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo concederá”.
Confiados en esta palabra de Jesús y en tu bondad,  te pedimos vocaciones para la Iglesia y para la Familia “Amor de Dios”, que se entreguen a la construcción del Reino desde la civilización del amor.
Santa María, Virgen Inmaculada, protege con tu maternal intercesión a las familias y a las comunidades cristianas para que animen la vida de los niños y ayuden a los jóvenes a responder con generosidad a la llamada de Jesús, para manifestar el amor gratuito de Dios a los hombres. Amén.


El 27 de abril celebramos el 150 aniversario de la fundación de la Congregación de las Hermanas del Amor de Dios, fundada por el P. Jerónimo Usera. Damos gracias al Señor por estos años de vida,  por todo el bien que la Congregación ha realizado y porque ¡GRANDE ES EL AMOR DE DIOS!

Ese día emitirán su profesión perpetua, en Toro, las Hnas. Ana Rosaria Sabonete Costumado, Lina Manuel Ubisse, Leonidas Castro Cesar, Yenny Santana Sandoval, Idelmina Gonzales Llave, Lidia Luis Alfredo, Helena Chinda Morais, Filomena Tchilombo y Cremilde José Muchanga.



«Jamás olviden las hermanas el fin Santo de su vocación, a saber: La enseñanza de las niñas por amor de Dios y para Dios. Habéis, pues, venido hermanas, a santificaros y hacer bien al prójimo.»
(J. Usera)

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